lunes

LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS - LA VUELTA DE MONCHO AL PUEBLO


                                      LA VUELTA DE MONCHO AL  PUEBLO


Eran casi las cinco de la tarde y la  luz del sol descendía  por el ruinoso y polvoriento camino que daba hacia el pequeño pueblo natal de Moncho en Galicia.
Moncho caminaba nuevamente por ese viejo camino que tantas veces hace ya más de veinte años le había visto correr despreocupado siendo un chiquillo de un lado a otro;  pero ahora  tantos años después con paso firme, en silencio,  con el corazón  afligido por  la larga ausencia pero a la vez anhelante por el reencuentro con su madre y tomando de  la mano a Esther su novia,  volvía a recorrerlo.
De pronto  aparecieron ante sus ojos las primeras casitas  del pueblo, viejas,  destruidas por las  batallas de guerra y el paso del tiempo.
 Moncho sintió un cúmulo de emociones agolparse de pronto contra su pecho y apretó fuertemente la mano de Esther al llegar frente a lo que quedaba de su vieja escuela.

 - Este es el lugar donde conocí la libertad- le dijo Moncho a Esther 
 -¿la libertad?- preguntó Esther
 -Sí, aquí, en lo que queda de este lugar conocí al mejor de los hombres, uno que marcó en mi el camino para buscar la verdad de las cosas, para buscar el bien y la verdad, ese hombre que deseaba un lugar mejor para todos, en igualdad de oportunidades y  libres
- ¿Quién ?- preguntó Esther
- Espera que te lo cuento - dijo Moncho;  pero la mirada curiosa y desconfiada de algunos pobladores obligaron a la pareja a seguir su camino en silencio.

Varios minutos mas tarde, Moncho paró su marcha en seco al llegar a un viejo portón de madera de donde una mujer de avanzada edad salía a paso lento.

- ¡Madre!- gritó Moncho y corrió hacia la mujer
La mujer con un gesto de sorpresa en el rostro, vió a su hijo acercarse y no pudo más que echarse a llorar y agradecer a  Dios por que su hijo estaba aquí, estaba vivo.

Su madre ahora anciana, mostraba en el rostro el peso y la tristeza que deja la guerra, tras la pérdida de su esposo en un ataque al pueblo  y un hijo desaparecido, pero ahora él estaba aquí, ahora todo estaría mejor.

Tras de un largo rato de charla,  Moncho contó a su madre lo difícil que había sido para él regresar a casa después  de permanecer como refugiado en un país extranjero tras su participación en campañas antifascistas junto con otro grupo de jóvenes y como tuvo que asumir una nueva personalidad para poder ingresar al país.

La mujer no podía ocultar su felicidad y contaba a Esther todas las andanzas de Moncho su pequeño "Gorrión" cuando era un niño.

La noche se hizo corta y el día los sorprendió sentados a la mesa, Moncho no quería perder más tiempo y decidió recorrer los alrededores con Esther y contarle de su pueblo.

-¿Quién, fue ese hombre que  te enseñó la libertad?- preguntó Esther a Moncho

Moncho miró a Esther  y le dijo - ¡ven que te lo contaré! - y caminó hacia el sendero en el campo que llevaba al río.

- ¿Sabias que las mariposas tienen una larga lengua que se enrosca, con la que sacan el néctar de las flores? - preguntó  Moncho  a Esther, mientras caminaban hacia el río...



                                                                                                                                                                                                       Sandra Anaya



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